Agua, fuego, tierra y aire son los cuatro elementos que hacen a la naturaleza del trabajo. Cada una de sus moléculas los hacen diferentes y allí radican sus distintivos para el desarrollo de la vida. EL fuego, tan creador como destructor. El mismo aire que respiramos, nos ayuda a volar. El agua hidrata nuestras células y resguarda vida. En la tierra crecen flores y se levantan edificios. Esta serie nos muestra como el trabajo utiliza lo esencial de la naturaleza, aprovechando las características que brinda cada elemento.